Como ya conocemos la
mayoría de los que llevamos un tiempo compartiendo nuestra vida con
calamonteños, una de sus grandes tradiciones populares es la
conocida “Castañá”, fiesta que se celebra con motivo del día
de Todos los Santos (y que nosotros, por “motivos de guión”
tuvimos aplazar al día seis de Noviembre).
La costumbre
asociada a esta celebración que conocen nuestros alumnos consiste
básicamente en pasar una jornada campestre junto con sus familiares
y amigos y se centra tal vez demasiado en el consumo de alcohol.
Desde el centro nos
pareció que tal vez fuera buena idea celebrarla también con ellos
pero dándoles la versión original que tal vez se ha ido
distorsionando con el paso del tiempo, y que consistió en convertir
esa convivencia en la naturaleza, en la zona de San Isidro (en las
afueras del pueblo pero muy cercana a él) en una jornada más
centrada en el juego, las relaciones amistosas y en la gastronomía
(y obviamente, sin nada de alcohol).
Efectivamente, y
haciendo honor al nombre de la festividad, comimos castañas, higos,
nueces, es decir, los frutos típicos del otoño, e hicimos con ellos
los tradicionales “casamientos” (es decir, rellenamos los
dulcísimos higos con pedazos de castaña y nueces).
En las fotos que
acompañan podemos ver las caras de felicidad de alguno tras degustar
estos exquisitos bocados:
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